miércoles, 4 de junio de 2014

REPORTAJE AL APELLIDO SANTIAGO EN EL MUNDO DEL MARTILLO.


Libro: ¡Venga de Frente! 2ª edición. 
Autor: Juan María Gallardo
Editorial: Abec editores. 

Nos gustaría comenzar este apartado por el padre del actual capataz Antonio Santiago, empezando por su aproximación al martillo y la trabajadera.

Manolo había nacido en 1930, en la Puerta Osario, donde su padre regentaba una zapatería y él terminaba trabajando. A finales de los años cuarenta, su pasión por el costal le lleva a pedir a Rafael Franco la oportunidad de incorporarse a la cuadrilla que sacaba Los Caballos. El capataz accede, pues le conocía bien, debido a que el padre de Manuel era mayordomo de dicha Hermandad y el del conocido como "El Fatiga", gestionaba el cobro de las cuotas de varias hermandades , entre ellas el de la Exaltación. 
Tras salir algunos años, Manolo se retira. Posteriormente , y pasado el tiempo, se encomienda a la Virgen de la Hiniesta y le promete hacerse costalero suyo. Es allí donde conoce a Salvador Dorado y es igualado en la primera trabajadera, dándose la circunstancia que en la segunda iba otro costalero que después también sería capataz, Pepe Luque . Debido al cariñoso y humilde carácter que siempre tuvo Manolo, ese año, aprovechando la posibilidad del negocio familiar, regaló un juego de alpargatas a cada costaleros del palio. Comienza ahí la genial relación que siempre mantenía con la gente de abajo y tanto lo caracterizó. Eso le brindó al año siguiente la posibilidad de ir con Salvador de "mirón", que era acompañarlo por fuera, pero sin tocar el llamador. Fue en su segundo año cuando, llegado el paso de palio de la hiniesta a la calle Duque Cornejo, Dorado le dio la oportunidad de llamar por primera vez, a partir de ese momento pasó a formar parte del equipo de ayudantes de Salvador Dorado, cuyo segundo hasta que falleció a mitad de los años sesenta, fue "Espejitos".

Siendo segundo de Salvador, continua hasta 1977, y finalizada esa Semana Santa lo llaman de La Resurrección para que se haga cargo de la confección de la cuadrilla de hermanos costaleros. En la misma fecha lo buscan también del Cristo de Burgos para el mismo cometido y, aunque Manolo intenta respetar a su primero y que sea él el responsable compaginándolo con San Bernardo -cofradía que comandaba el Miércoles Santo-, no se mantenga firme y cada uno tira por un lado, rompiéndose así un binomio que había durado veinticinco años.
Durante el tiempo que trabajaron juntos se produjo el debut en Sevilla de una cuadrilla de hermanos en plena Semana Santa. No olvidemos que la primera vez que un paso sale exclusivamente con hermanos lo hace desde El Salvador y el capataz es Luis León, que cuenta con la ayuda de los responsables que entonces sacaban El Amor: Dorado y Santiago. Nos referimos al paso de gloria de la Virgen de Las Aguas, que lo estuvo haciendo en su palio de tumbilla -y que serviría de modelo al actual de la Virgen de Los Reyes- hasta finales de los setenta.

Este hecho dio lugar a que el anhelo de salir de costalero en Semana Santa corriese como la pólvora entre los jóvenes cofrades, llegando en 1973 en la Hermandad de Los Estudiantes y bajo el mandato como hermano mayor de Ricardo Mena Bernal, la creación de una cuadrilla únicamente compuesta por hermanos. Dicho sea de paso que, aunque realmente el Martes Santo todos eran hermanos , al principio de los treinta y tantos que acudieron sólo unos pocos eran de la universitaria corporación. Bajo el amparo de dicho dirigente y con el consentimiento del capataz, que es encandilado por el hecho de que sus hombres cobrarán la cofradía aún sin trabajarla , se organizan ensayos alrededor de los jardines de la Universidad . Dorado sacaba los pasos y dejaba a un par de hombres de confianza junto al aventajado Santiago, que era quien mandaba el ensayo; Salvador, mientras tanto, era entretenido al cobijo de algunas viandas en las tabernas de los aledaños, y sin darse cuenta germinó lo que no había sido más que un proyecto. 

Al año siguiente se organizan cuadrillas de hermanos en El Amor y San Esteban y la fiebre se extiende a todas las hermandades. Llegado 1978, en que se conjugan las dos posibilidades, hermanos y profesionales, los asalariados acuden a que se les escuche en el Consejo General de Hermandades y Cofradías y se emite la prohibición de que se saquen pasos a la calle mandados por capataces no profesionales , intentando salvaguardar la profesión y el sustento de unos hombres que con su sudor y trabajo no sólo se ganaban la vida, sino que engrandecían la Semana Santa y la cristiana devoción. Esto no duraría más que un año, pues muchas son las hermandades que apuestan definitivamente por las cuadrillas propias de hermanos. 

Manuel Santiago , que ya no estaba con Dorado, se unió a Ariza con la condición de que su hijo Antonio Santiago fuese con él. Entre 1978 y 1979, además de las ya citadas, los llaman de la Paz., Los Caballos, La Macarena, Los Javieres... el sueño va cuajando por todos los barrios e iglesias,eran años en que los costaleros disfrutaban sobremanera de los ensayos y la gente de a pie, incrédula, incluso acudía a verlos prepararse. Las convivencias posteriores a los entrenamientos acabaron de cimentar la incursión del hermano en el costal.
Antonio Saniago, hijo del genial Manolo, acompañó a su padre auxiliando a Salvador Dorado y a los Ariza, casi siempre en los pasos de Cristo, y más tarde salió de costalero en la de Los Caballos y Los Panaderos.
Antonio entiende que la diferencia trivial entre los tiempos pasados y actuales, a nivel de cuadrillas, está en la falta de devoción que los profesionales tenían en un alto porcentaje y en el celo de casi todos los costaleros de hoy respecto a la imagen que portan por el hecho de ser hermanos. Las edades no son las mismas , pues antes había hombres más longevos en el trabajo. Nos lo ejemplifica con un peón de Salvador, "Catafra", poseedor de una descomunal fuerza, pues trabajaba en la Campsa y movía bidones llenos de combustible constantemente haciéndolo con una facilidad pasmosa; pues bien, ese hombre tenía la misma edad que el capataz y estuvo en activo hasta bien entrado en los sesenta años de edad, algo impensable hoy. Las cuadrillas envejecían y se renovaban muy poco, con lo que fueron muriendo por lo imperativo de vida natural.

La lealtad, la entrega y el espíritu de sacrificio también han sido disminuyendo . Antes una orden jamás era cuestionada por un costalero y hoy todo es criticado. Antonio invita a los costaleros a que trabajen con fidelidad a la Hermandad y las imágenes y no al capataz por muy acordes que sean sus ideas o cómodos que se encuentren bajo sus mandatos.
Confiesa sentirse tan a gusto en los pasos, que ni ha cobrado, ni cobra en ninguno de ellos, a pesar del "runrún" que no cesa a sus espaldas. Por ello no cree posible que se vuelva a las cuadrillas pagadas, pues si en 1976 un costalero de la Esperanza Macarena cobraba dos mil quinientas pesetas, hoy sería mucho el dinero necesario para sufragar este trabajo de carga, pero con gran nivel de especialidades , hablando en términos de salario de justicia.

En 2011 cumplió 40 años en el martillo y su retirada ni la tiene prevista ni la ve cercana, pues a su gozo personal une la satisfacción de ver como su hijo Antonio, tiene la misma pasión que él y la misma que el abuelo, y le acompaña delante en todos los pasos desde hace varias Semanas Santas, excepto en La Paz, donde trabaja en el último palo de fijador.

EL PENITENTE: RUDO PERO GANADOR

En el año 1972 Los Ariza dejan de sacar pasos y La Macarena, que era llevada por ellos, llama a Salvador Dorado, que llevaba veinticinco años en Los Gitanos. Hasta entonces los hombres de Ariza eran citados a las nueve de la noche en las inmediaciones del arco, de manera que no podían salir el Jueves Santo por la tarde.

Como condición sine qua non , Salvador propone que no sólo no dejará de sacar Los Negritos sino que, con la habilidad que poseía para conseguir las mejores condiciones para su gente, ésta Hermandad proporcionará un autobús que transporte a la cuadrilla desde la calle Recaredo hasta la Basílica. Además, no se produciría por éstas circunstancias menoscabo alguno en cuanto al jornal que recibirán sus hombres. 

Observamos aquí dos cosas importantes, en primer lugar que se comienza a ver cierta exclusividad en La Macarena con sus costaleros, la supo jugar sus cartas con inmejorable suerte y sonseguir las condiciones más favorables para sus peones, tanto en comodidad como en prestaciones monetarias, sirva así de muestra saber que a los pocos años de ir a La Macarena hizo un trueque con Rechi -capataz por entonces del Silencio- y se trasladó hasta San Antonio Abad. Concluida la primera "corría"  de la Madrugada, en la céntrica iglesia y mientras aún se escuchaban los sones gozosos de la banda de la Macarena, Salvador alertó a los suyos diciendo "¿Estáis escuchando por dónde va todavía La Macarena?  pues ya hemos terminado nosotros y además con el mismo sueldo..." 

EL REENCUENTRO Y LA RIÑA

Tras la ruptura entre Salvador Dorado y Manolo Santiago éstos se llevaron un tiempo sin verse. Quiso el destino que durante la Cuaresma de 1979 ambos se cruzaran fortuitamente por la calle mientras Manolo iba con su hijo Antonio. Salvador, a pesar de ser hombre de conocida aspereza en sus expresiones y modales, siempre había profesado gran cariño a "Antoñito" por conocerlo desde su nacimiento. Manolo, tras su característico beso al maestro -cosa que siendo muy suya no gustaba en absoluto a Salvador- preguntó por el discurrir de las cosas y cómo no, también de los pasos. 

- ¿Qué tal va todo Salvador?
- Bien Manolo, todo bien... Bueno, todo no, hay algo que no me ha gustado en absoluto...
- ¿Qué he podido decirle yo, que tanto respeto su persona y su figura?...
- ¿Pues te parece poco haber dejado que el niño se meta debajo de los pasos?

Y es que Antonio había ingresado como costalero en la cuadrilla del misterio de Los Caballos.
Aún hoy Antonio no deja de sorprenderse al recordad aquella muestra de cariño de Salvador delante suya, pues era un hombre reservado para sus sentimientos y tosco en general.

LOS BESOS

A día de hoy vemos como se ha extendido entre capataces y costaleros una manera de saludarse y demostrarse cariño que poco podría compaginar con la virilidad del trabajo duro y el esfuerzo físico, nos referimos a los besos. Rara es la reunión de costaleros donde no se ponga en práctica una desmedida letanía de besos entre los que se encuentran. Hemos llegado a un punto en que parece como si alguien que no fuese besado por otro no es del agrado de aquél. Ni tanto  ni tan calvo. Lo normal es alegrare al ver de nuevo a alguien que es amigo y con el que hace tiempo que no se habla, pero no es posible que se experimente semejante júbilo con todos los miembros de la cuadrilla.
En este sentido Antonio, al hilo de la anterior anécdota, nos cuenta que su difunto padre era muy dado a ello. Su humildad y bien hacer unidos a sus muestras de llaneza, le hacían alegrarse de ver a los costaleros , a los del equipo de capataces, a los miembros de las juntas de gobierno, a todos, y a todos abrazaba y besaba en la mejilla.

A pesar de que "El Penitente"  no era dado a ello y le comentaba su desaprobación, Manolo con su simpatía y sencillez lo seguía haciendo incluso con su jefe de llamador. De ahí que Antonio nos diga que no vería descabellado el asegurar que su padre impuso la moda de besarse entre la gente de las trabajaderas. Meramente anecdótico, pero digno de reseñar.

EL CARIÑO DE LOS DE ABAJO

Como hemos visto, ya desde muy joven, Antonio iba con su padre a las cofradías . Un año, yendo delante del Cristo crucificado de San Bernardo , Manolo decidió adelantarse y dejar a su hijo al mando. Estaban en la Avenida, enfilando hacia la Catedral, con lo que entre el gentío Antonio, entregado a la labor de mando , perdió de vista a su padre. Al parecer la "chicotá" fue más larga de lo que quería Manolo, con lo que apresurado se volvió a recriminar a su hijo tal actitud.

A juzgar por lo que ahora narramos, la reprimenda fue mayúscula , de tal manera que Antonio, que no tenía más de quince años aunque metidos en el cuerpo de un hombre corpulento, rompió a llorar de rabia. Ni pensaba que hubiese sido tan larga, ni que fuese el lugar, ni el modo de decírselo, pues toda la gente de alrededor se percató de aquello, el bochorno le pudo y no pudo reprimir el llanto.

Cuando Manolo tocó de nuevo el llamador para levantar el paso, se levantó el faldón delantero, y uno de aquellos costaleros de la afamada cuadrilla le dijo al capataz.. "Manolo , ya te puede ir hacia delante si quieres, que nosotros no levantaremos el paso hasta que el niño vuelva a llamar, aquí el que manda es él" En ese instante Manolo comprendió haberse excedido y no tuvo más remedio que acceder a la petición de aquellos hombres que le dieron una lección de enseñanza y a la vez de reconocimiento del cariño hacia su hijo . "Antoñito" agradeció el gesto y aún hoy lo sigue recordando con nostalgia y orgullo, pues desde entonces y hasta ahora ha notado el cariño y respeto de los costaleros hacia su persona, tanto de los profesionales como de los hermanos. 

LA DUREZA DE SUS INICIOS EN EL COSTAL

Recuerda como especialmente duros sus primeros años bajo el paso del Prendimiento, pues el escalón de estatura que había entre la primera y la segunda trabajadera era grande, y aquella delantera sufría la diferencia hasta que los palos fueron bien calzados. Eran fechas, en que Antonio trabajaba como médico en Huelva y cambiaba turnos de trabajo para no faltar a los ensayos y a veces se desplazaba con la hora justa y falto de descanso , desde Sevilla hasta la vecina ciudad onubense.
En Los Caballos, recuerda un año que, yendo en un zanco de la primera, notaba como el paso le iba dando una brega desmesurada y percatándose de ellos un costalero de los viejos, conocido por su habilidad en el acomodo de las ropas, se fue para Antonio y le dijo "...anda niño salte, que te voy a poner bien esa ropa". Antonio recuerda que cuando volvió a la trabajadera casi no llegaba al palo, y eso que no había tocado la morcilla más que un periquete. "El Vargas" , como era conocido el veterano costalero, era de los utilizados desde siempre por su padre y "El Penitente" para la hechura de la ropa de casi todos los que empezaban. Tenía una destreza en la elaboración y una pericia envidiada por cualquiera.

Su defensa para las exigencias de aquellos inicios eran su preparación y su juventus, Antonio practicaba piragüismo y entre su nutrición , el entrenamiento y la edad, cualquier dificultad era palida con solvencia.

A continuación os ofrecemos algunas imágenes de esta gran familia capataz:





1978, Manolo Santiago y su cuadrilla el Domingo de Resurrección. Vía: El Blog del Guindi
1973, primera cuadrilla de hermanos costaleros en el Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes
Manolo Santiago y su hijo frente al Señor de la Resurrección 
Manolo hablando a sus costaleros
En la PAZ



Antonio Santiago e hijo con el Cristo de las Penas de San Vicente
Foto Pasión en Sevilla

Antonio, Manolo y Luis León

Antonio con el costalero ciego de la Hdad de la Paz con su papa el relevo en braile


Publicaciones relacionadas con la familia Santiago:








martes, 3 de junio de 2014

Ernesto Sanguino y su hijo frente al palio de la Esperanza Macarena en Plaza España (Foto: Pepo Herrera)


IGUALÁ Y ENSAYO CARMEN SU EMINENCIA

A continuación le ofrecemos la igualá y ensayo de Ntra, Sra. del Carmen de Su Eminencia:

Foto: José Joaquín Galán.

IGUALÁ: Jueves 26/Junio/14 a las 20:30h 
ENSAYO: Jueves 3/Julio/14 a las 20:30h
CITA: Parroquia del Carmen, Avda Ingenieros La Cierva, Su Eminencia (Sevilla)

CAPATACES: José Miguel Villar y Esteban Rodriguez.
SALIDA: Sábado 12/Julio/14 -Calzado Blanco- 

lunes, 2 de junio de 2014

LUIS LEÓN DEDICA UNA LEVANTÁ A MANUEL SANTIAGO

Don Luis León Vázquez , que ostentó el cargo de capataz en el palio de la Macarena tras el fallecimiento de Manolo Santiago y que dejó el martillo en 2001 siendo sustituido por Antonio, hijo de Manolo , no quiso ser menos en la salida extraordinaria de la Virgen de la Esperanza, y el actual capataz y la hermandad le cedieron el martillo para que llamara. Luis León entre palabras cortadas por los nervios y la emoción llamó al llamador y tuvo el gran detalle de acordarse del capataz y maestro D. Salvador Dorado "el penitente" y el mejor capataz y poeta del martillo que ha dado esta bendita ciudad, don Manuel Santiago Gil, dedicándole unas palabras a él, a su hijo y a su nieto. Grande Luis León, muy grande. 

ANTONIO SANTIAGO, CAPATAZ



Revista Más Pasión
Texto: José Gómez Palas

Lleva encima 43 Semanas Santas sacando pasos , siete de ellas costaleros profesionales . Es el capataz más prolífico y solicitado entre las cofradías sevillanas. Antonio Santiago (Sevilla, 1957) defiende el estilo Santiago de llevar los pasos.

Pregunta: Hay quien lo compara s usted con el Cristiano Ronaldo de los martillos...
Respuesta: En este caso las comparaciones son odiosas. El fútbol no tiene nada que ver con esto. Yo intento hacer las cosas lo mejor posible, heredé un apellido de mi padre que creo que debe de quedarse en el lugar justo donde él lo puso. Las hermandades depositan en mi una responsabilidad y eso es lo suficientemente importante como para intentar hacer las cosas lo mejor posible. 

Pregunta: ¿Qué le ha llevado a ser uno de los capataces más solicitados de la Semana Santa?
Respuesta: Aunque esté feo que yo lo diga, el trabajo que se va haciendo durante muchos años y que siempre hay que mejorar, porque yo no hago ni organizo las cosas ahora mismo igual que hace 25 años. Por supuesto , la tradición es importante en esta afición y hay que mantenerla , pero también se pueden mejorar algunos aspectos y algunas cosas que es lo que yo intento en la medida de mis posibilidades.

Pregunta: ¿Y qué ha cambiado en el mundo de las trabajaderas en el último cuarto de siglo?
Respuesta:  Ahora, al haber más gente e ir consolidándose paulatinamente las cuadrillas tenemos la suerte de poder escoger a las personas y a los cuerpos idóneos que nos hacen falta. Para mi la igualá es algo vivo, en el sentido de que durante bastantes años yo he ido modificando las estaturas de las cuadrillas y adecuándose a lo que mejor le viene al paso y a las necesidades de la cofradía. He ido intentando conformar las cuadrillas para que la diferencia de estatura entre la primera y la última trabajadera sea lo más escasa posible, y de esa forma, el peso del paso vaya repartido lo más equitativamente posible. Intento que, en ese aspecto técnico, la gente vaya lo mejor posible y la hermandad también. 

Pregunta: ¿La tensión que se vive delante de un paso le deja tiempo para abtraerse y tener un rato de meditación interior?
Respuesta: Sí, sí, en algún momento sí que es posible tener un momento más intimo con la imagen. Eso sí, no se pueden prodigiar mucho si ser muy extensos, porque la responsabilidad te obliga a estar pendiente de veinte mil cosas que surgen alrededor del paso, y eso no te permite relajarte mucho.

Pregunta: Hay quien preconiza que, a la vista del protagonismo que han adoptado las cuadrillas de hermanos , lo mejor para la Semana Santa sería la vuelta a los profesionales. ¿Está de acuerdo con esta aseveración?
Respuesta: No estoy de acuerdo para nada. No podemos comparar al costalero de hoy con el antiguo. No porque su trabajo se distinto, sino porque las necesidades y las circunstancias de la Semana Santa de esos hombres no son las actuales. El número de integrantes de las cuadrillas era menor, con la misma cuadrilla se sacaban ocho o nueve cofradías , había muchos pasos que tenían menos trabajaderas  de las que tienen actualmente , y esos conceptos hoy no se dan. Volver a lo anterior me parecería un fracaso, porque los hombres de antes se metían por dos motivos fundamentales: uno, la afición -había que tener afición para meterse debajo de los pasos- y el segundo. tan importante como el primero, era la necesidad. Ese concepto de la necesidad hoy día no existe. Luego la afición que hoy día debe de tener un costalero para meterse debajo de un paso le podemos añadir el concepto de hermandad, de hermano , de sentimiento. Ya no se meten sólo por afición, sino porque saben que llevan al Señor y a la Virgen por las calles de Sevilla, un concepto que fue nuevo a partir del año 1973 y que no podemos perderlo. 

Pregunta: ¿Qué le parece que una cuadrilla llegue a manifestarse incluso con una pancarta en apoyo a su capataz?
Respuesta: No me parece bien. El concepto de cuadrilla debe ser el de cuadrilla de la hermandad. Entiendo que debe haber una común unión entre la cuadrilla y el capataz. Una cuadrilla que no esté entregada a su capataz es una cuadrilla que posiblemente vaya al fracaso. Pero esa unión no debe de llegar a una manifestación de este tipo. Las hermandades tienen sus causes legales o administrativos donde los hermanos pueden hacer oír su voz de otra manera que no con una pancarta. Me imagino que hasta el propio capataz de esa hermandad estaría en desacuerdo con esa manifestación, aunque entiendo que salga del sentimiento de una gente que se encuentra unida y entregada a su capataz.

Pregunta: ¿Cuándo lo ha pasado peor Antonio Santiago delante de un paso?
Respuesta: Se pasa mal cuando las cosas no salen como uno quiere o cuando por no hacer las cosas bien a lo mejor se le da un porrazo a un paso o a una imagen. Eso es siempre culpa del capataz, aunque habrá circunstancias que podrán mitigar esa culpa. En esos momentos , que afortunadamente son pocos, es cuando se pasa mal. Antes se pasaba mal por la escasez de costaleros en los inicios de las cuadrillas de hermanos en las hermandades, escasez que hacía que los pasos fuesen duros parala gente. Afortunadamente ya no es así. Los pasos, no obstante siguen siendo duros porque le exigimos más a la gente. 

Pregunta: ¿Y cuándo se disfruta más?
Respuesta:  Cuando salen las coas bien, cuando vez que el paso va como tú quieres, cuando ves que la gente de debajo del paso va disfrutando . EL mejor test que un capataz puede tener de que aquello va bien es la sonrsa de la gente que sale de debajo del paso. En definitiva, aunque decimos muchas veces que hacemos una estación de penitencia, es una penitencia muy sui generis, porque todos estamos deseando que esto ocurra y que esto llegue.    

Pregunta: ¿Le queda algún sueño que cumplir?
Respuesta: Estoy muy satisfecho con todo lo que he hecho hasta ahora. No sería justo pedir más. Sacarnos muchas hermandades de Semana Santa y muchas hermadades de gloria y en todas hacer lo mejor posible manteniendo nuestro estilo y el estilo de las hermandades y cumpliendo.
Pregunta: ¿Alguna advocación habrá a la que su corazoncito le pida tocar el martillo...
Respuesta:  A cualquier capataz le gustaría sacar cualquier cofradía de Sevilla. Yo soy hermano de varias hermandades que no saco. Por ponerte un ejemplo ¿a que capataz no le gustaría sacar el Gran Poder? No creo que hubiera ninguno que dijera que no. O la Esperanza de Triana o cualquier cofradía que te he nombrado tienen unos magnífcos capataces y yo me siento muy satisfecho con lo que yo saco y llevo.

Pregunta: ¿El dragón es el martillo de los martillos?
Respuesta: Mi padre siempre decía que cualquier llamador de Sevilla física o invisiblemente tiene una serpiente rodeándolo y hay que tener mucho cuidado cuando se coge el llamador no vaya a ser que la serpiente te pique. Esa serpiente es la envidia, el creerse uno superior a los demás... en fin, hay que tener cuidado. ¿Que ocurre? que el llamador de la Virgen de la Esperanza el dragón ya está ahí fisicamente . Este llamador ha sido siempre deseado por casi todos los capataces y, también deseaban irse, porque esta cofradía históricamente ha sido dura y exigente.

Pregunta: ¿Es la Macarena el palio que mejor anda en Sevilla? ¿Dónde está el secreto?
Respuesta: Históricamente, este paso se ha movido muy bien, con una cadencia en la bambalina no estridente y un movimiento de varal no exagerado. Quiero pensar que Juan Manuel, que intervino en tantas cosas, también intervendría en el movimiento propio del paso, por la estructura y por la forma de montaje. Con la llegada de los hermanos costaleros a los pasos, este paso se convierte en el palio que todo el mundo quiere copiar. 

Pregunta:¿Existe un estilo Santiago?
Respuesta: Yo creo que si. Podríamos decir que no es Santiago, sino que lo heredó mi padre de Salvador Dorado el Penitente y que lo que intenta es hacer extensible a todo el tiempo en que la cofradía está en la calle aquellos momentos especiales en los que rozaba la perfección. Eso conlleva que todas las levantás sean perfectas, que no se coja ventaja, que las vueltas se hagan en el eje, buenas arriás, el paso andando sobre los pies en la mayoría del tiempo... ¿Que eso es el estilo Santiago? Podríamos decir que sí.

Pregunta: Y siempre de frente.
Respuesta: Siempre de frente, siempre de frente, los pasos siempre andando para adelante. En Sevilla los pasos nunca han andado para atrás porque era ir contra natura. Si tengo que ir cargando de 35 a 40 kilos durante una determinada distancia, a mí no se me ocurre andar para atrás para volver a andar hacia delante.

Pregunta: Tampoco es amigo usted de las coreografías.
Respuesta: Para que haya una coreografía tiene que haber alguien debajo del paso que mande. Y eso tiene un inconveniente: que el que va debajo del no sabe lo que por fuera, ni los inconvenientes que hay. Hace unos años fui a ver una salida extraordinaria de un paso de Cristo con coreografía y como el que iba debajo del paso mandando no sabía que había un cable, se le doblaron las potencias al Señor. Para mí debajo del paso no debe haber nadie que mande, porque también se puede crear reinos de taifas. El que manda va por fuera y sabe los inconvenientes y problemas que hay. Y después hay otro inconveniente que tiene que ver más con la estética y con la devoción: nosotros sacamos los pasos a la calle para que la gente se ponga en contacto con la imagen, con lo que está arriba. ¿Que ocurre? Que con tanta coreografía a lo mejor la gente está pendiente de otra cosa que no es de lo que queremos que esté pendiente. Igual ocurre con la música. Una cosa es que la música realce el significado de lo que estamos haciendo y otra que el público esté exclusivamente pendiente del solo de la corneta de la banda. Yo, en ese sentido, intento que nuestros pasos vayan siempre para adelante, más o menos despacio, y soy enemigo de las coreografías.

Pregunta: Hay quien defiende que cada hermandad , cada barrio, despliegue su propia idiosincracia, también bajo los faldones...
Respuesta: Si, pero esa idiosincracia de cada barrio es de hace 33 años para acá. Esos pasos de esos barrios antes no iban así.

Pregunta: Dígame tres pasos de la Semana Santa, que no sean suyos, cuyo andar le guste.
Respuesta: Hay muchos. Me gusta cómo va el Cristo de Montserrat, porque he visto un cambio a mejor en los últimos tiempos; me gusta mucho cómo va Santa Marta; el palio del Rocío últimamente,  porque ha mejorado mucho; me gusta el palio de la Trinidad, creo que va muy bien;  el palio del Patrocinio  y el Cristo del Cachorro. En general, casi todos andan bien. Al revés si que hay tres o cuatro pasos que diferencian de los demás por ir mal .



domingo, 1 de junio de 2014

EL "ESTILO SANTIAGO"



-Escrito por José Gómez Palaz en la revista Más Pasión

El estilo que ha impuesto bajo los pasos, siempre de frente y sobre los pies, tiene tantos admiradores como detractores en el mundo del martillo y las trabajaderas. Orgulloso contunuador de la estirpe familiar que iniciara su padre Manolo -junto al recordado Salvador Dorado el Penitente- , Antonio Santiago es hoy por hoy el capataz más prolífico y solicitado de la Semana Santa sevillana y a la vez un seguro de vida para muchas cofradías Alguien llegó a compararle como el Cristiano Ronaldo de los martillos. Sólo de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección este hombre tiene a su cargo a más de 1.600 hombres (jóvenes y no tan jóvenes), integrantes de las cuadrillas de las cofradías que tiene a su cargo, a los que habría que sumar una bolsa de 900 aspirantes. Con 43 Semana Santas a sus espaldas, dialogar con el capataz de la Macarena sobre la evolución de las cuadrillas de costaleros en Sevilla es hacerlo con una enciclopedia andante. Su sabiduría sobre la cadencia exacta del movimienti de una bambalina le lleva a mantener la hipótesis de que Juan Manuel Rodríguez Ojeda también tuvo que intervenir en la concepción del movimiento , único, singular , del paso de la Esperanza. No rehúye las preguntas difíciles y tampoco duda en sostener aseveraciones que pueden levantar alguna polvareda. "En Sevilla los pasos nunca han andado para atrás", sostiene desde su experiencia el hombre que ha sido protagonista estos días por ser el lazarillo de la Macarena en las conmemoraciones jubilares del cincuentenario de su coronación canónica. Antonio Santiago. Siempre de frente.