Sorpresivamente, el Miércoles Santo de 2009 anunciaba su retirada del mundo de los martillos. Más que un capataz, se marchaba un sevillano cabal, un sobresaliente en la cuadrilla de plata de la Semana Santa y auténtico padre para sus costaleros.
P: ¿Por qué cree que llegó el momento de decir adiós ?
R: Llevaba cuatro años arrastrando males y
físicamente no me encontraba bien en
Semana Santa. Tanto es así que yo me salía
de las cofradías buscando una silla para
poder descansar. Cuando llegó el Miércoles
Santo estaba reventaito. Llegué al Baratillo
muerto y, de esas cosas que se te pasan por
la cabeza, en ese momento anuncié que
aquella sería mi última llamada . Al viernes
siguiente me tuvieron que ingresar por un
infarto.
P: Desde que anunció su adiós, no han dejado de lloverle los homenajes.
R: A mi me hubiera gustado decir un adiós menos sonado...
P: Algo tendrá que ver su carisma.
R: Mi lema ha sido siempre el darle cariño a mi gente y ser como un padre para ellos. Para mi y
para mi cuadrilla yo he querido cariño debajo de un paso. Por muy buen costalero que un tío
sea, si no me cuaja en la cuadrilla a mí no me vale. Prefiero al amigo que al buen costalero.
P: ¿Cómo recaló en el mundo del martillo?
R: Y o traigo la vena de mi abuelo, Francisco
Palacios, que fue uno de los mejores capataces
que ha habido en Sevilla. Yo no lo conocí, pero
me hablaron tanto de él que empezó a tirarme
esto. Después , coincidía que yo nací en la casa de
la Moneda , en la Calle San Nicolás , y allí vivían
Antonico , que era el segundo de Manolo
Bejarano , Alfonso Borrero y los hermanos Rechi.
La calle era de categoría, quitándome a mí, un
chavalín por aquella época. De chico me llevaban
a sacar cofradías y el venenillo ése se me fue
pegando. Y ya aproveché la coyuntura de la
transición de hermanos costalero para ofrecerme
al Baratillo. Y cogí la cofradía con una condición:
los hermanos rechi vinieron a enseñarnos. A los
dos años quitaron a los Rechi y nos quedamos mi
primo Paco y yo. Aquello sería en el año 79 u 80.
P: ¿A quién considera su maestro?
R: ¿Maestro, maestro...? A mi no me ha enseñado nadie. Lo que pasa es que yo me fijaba en
todo y escuchaba. Aprendía de ver y oír, pero no puedo decir que nadie me haya enseñado el
oficio.
P: En un caso, por su altura, no se cumple el axioma de que es necesario ser costalero para
ser capataz.
R: No, ni yo creo esa teoría. Te puedo decir tranquilamente y con el corazón en la mano que lo
que vive un costalero abajo lo he sentido yo fuera.
P: ¿El capataz nace o se hace?
R: Es una pregunta que no sabría contestarte, pero a mí nadie me ha echo capataz, ni nadie me
ha dicho que me parezca en mi forma de mandar a ningún otro capataz.
P: ¿Ha cobrado en alguna cofradía?
R: Yo cobré una gratificación que me daban en Aznalcóllar, pero son gastis de desplazamiento.
En Sevilla jamás.
P: ¿Como definiría su estilo, su impronta?
R: Simplemente, miro un paso y me lo imagino andando de otra forma que le vaya mejor. Fue
lo que nos pasó y me imagino, fue lo que nos pasó con Los Javieres, que no me gustaba el
pasito de muñequita de Famosa que llevaba. Consulté a la junta de gobierno, probamos con
un paso largo y lo hicimos. La idea de mi hijo Rafa.
P: Ha sido capataz de tres cofradías con estilos muy diferentes ¿no?.
R: Francamente, puedo presumir de llevar un barco con un misterio precioso, una hermandad
seria y una hermandad alegre con un paso de palio alegre. En la Cena también le hemos
cambiado el andar. Yo soy un poco... capataz pellisquero, en el sentido de que me gusta
pegarle el pellisquito a la gente, pero no los abusos. Pellizco como el que hicimos en el 2009
con la Cena, que nadie se dio cuenta, ya en la entrada. Nos pusimos de acuerdo con la banda
para que toda la cuadrilla se diera la vuelta con el paso arriba. Que ésa es otra cosa
primordial, los capataces deben estar en conjunto con la banda, lo que pasa es que las juntas
de gobierno se meten muchas veces por medio y no te dejan trabajar.
P: Entonces la figura del diputado de banda, ¿es un embrollo para el capataz?
R: Para mi si, Las marchas tienen todas su sitio, su ritmo , su hora. Y eso no lo comprende
alguna gente.
P: ¿Se debe amoldar un capataz al sello de una cofradía o por contra debe de imprimir su
estilo por encima de todo?
R: Eso es como si llegas a una comunidad de vecinos y quieres cambiar las reglas. Tú eres un
vecino más y no puedes llegar diciendo que vas a poner tres macetas en la fachada porque a ti
se te antoja. Puedes dar tu opinión y sugerir cambios, pero creo que el capataz se debe de
amoldar a la idiosincracia de cada hermandad . Lo fundamental cuando llegas a una cofradía
es darse a querer y respetar. Cuando llegué a La Cena había costaleros de palos distintos con
diez y doce años bajo las trabajaderas que no se conocían entre si. En la primera igualá que
tuvimos, los formé en plan militar, les dije que se dieran de frente unos a otros y que se
abrazaran. Ahí acabó la igualá , tomándonos todos un tinto.
P: ¿Cual es la mayor satisfacción que se lleva de sus 30 años como capataz?
R: Una cosa muy bonita y que
yo aprecio mucho: que he
hecho muy buenas amistades.
Eso de que todo el mundo te
conozca y te digan "Rafael,
que bien ha ido la cofradía por
tal sito" eso es una
satisfacción personal muy
bonita. El colofón ha sido
estos premios y
reconocimientos que me han
dado que no sé si los
merezco. Después tienes el ego
personal de decir que soy el
primer capataz en la historia
de Sevilla que le dedican una
marcha (capataz y maestro) y
de que te nombren en el caso Los Javieres , capataz honorario perpetuo. También me hizo una
gran ilusión el que me dieran el Jaier de honor, un reconocimiento que sólo tienen grandes
personalidades, o el Giraldillo del Curso de Temas Sevillanos Ateneo. Yo mismo me pregunto:
¿Quien leche soy yo para que me hagan estas cosas? Hay personas que se los merecen mucho
más.
P: De todo el recorrido del Baratillo , ¿se queda usted con la chicotá de la Avenida?
R: Lo de la Avenida no es cosa mía, fie de los costaleros. Eso surgió en una comida de los
costaleros siendo hermano mayor Jose Luis Cantalapiedra . Me llamó y me dijo " Mira lo que
dicen esta gente que este año van a hacer la avenida de un tirón". "Esta gente están locos"
pensé para mí y ahí quedó la cosa. Pero llegó el Miércoles Santo y cuando fui a parar el paso
en la Avenida me dijo uno "Como toques el martillo te arrancamos la mano. Esto va hasta la
catedral". Ea, pues vámonos , venga música. Y así nació esa tradición. Un año lo hicimos
desde el palquillo de la plaza de San Francisco.
P: Supongo que en este mundillo también habrá envidias y rivalidades . ¿ Que suprimiría
el mundo del martillo?
R: Mira, yo una de las cosas que quitaría es el protagonismo feo que están adquiriendo algunos,
tanto del que va vestido de negro como del que va con el costal. Cierto es que hay una parte
de culpa de las juntas de gobierno que no dejan trabajar a los capataces. Éstos deben tener su
terreno. Lo malo es que en este mundo hay un afán de protagonismo muy grande y
últimamente hay una fiebre martillera desmedida. Hay que ser más responsable y más humilde
para tocar un martillo, y más caballero y más señor a la hora de defender tu forma de trabajar.
a mi no me han ofrecido cofradías. Pero yo no me bajo los pantalones porque no me da la
gana. Mi forma de trabajar es esta, si usted me la respeta yo vengo. Pero como esa hay
muchos que lo consienten, pues así estamos.
P: ¿Las cuadrillas son grupo de presión?
R: Pueden actuar así, porque si son hermanos , son hermanos en todos los aspectos.
P: ¿Le han sugerido en algún proceso electoral que movilice a su cuadrilla?
R: Si, pero yo siempre digo que , por mucho que pueda decirle a la cuadrilla, cuando un tío se
mete detrás de la cortina y coge el voto, no sé lo que va hacer. Por ahí no he entrado nunca.
P: ¿Cual fue el más importante consejo que le ofreció a su neito antes de ponerse delante
de un paso?
R: Que no se lo crea nunca, que trabaje con humildad y que quiera a la gente.
P: Se ha despedido de los martillos paseando a su Virgen de la Caridad y coronada?
R: Hombre sí, por supuesto. Me hubiera gustado mucho que nos hubieran permitido salir por el
barrio como estaba previsto, pero no nos lo han concedido. Esa es otra de las cosas que no
se conciben , cómo hay hermandades con mas privilegio que otras. Yo soy mas Trianero que
las zapatas pero lo nuestro eran 50 años, no 25.
RAFAEL DÍAZ PALACIOS
"CAPATAZ DE SEVILLA"
Entrevista extraida por la revista "MAS PASIÓN7" de el correo de Andalucía.
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