miércoles, 13 de febrero de 2013

LA GLORIA

- Hacía tiempo, que a menudo me solía preguntar: ¿Existirá el cielo? ¿Llegaré yo a el?.

Semana Santa, con Jesús y su Madre bendita sobre mi cuello, dejo abierto el corazón, para que penetre toda clase de emociones, y me dejo llevar.
Y escucho una voz "quebrá" de un  saetero, descubriendo el sufrimiento y la pena , que el Señor por nosotros pasó.
Y siento, a la brisa primaveral, como queriendo intervenir en la fiesta, hacer mecer las plumas de los romanos, al compás del solo del corneta, que da lo más dentro de las entrañas del músico, suena para deleitarnos, Y respiro llenando el alma de azahar e incienso, mis ojos empiezas a brillar mezclando la alegría y el dolor a la vez, cuando tras los respiraderos observo la imagen, borrosa por mis lagrimas, de el que más de una pena tuviera, y con sólo mirarlo a El se aliviaría. Y miro en mi corazón ¡ Dios mío! ¿Estaré en el cielo? y teniendo a Sevilla como escenario, y a los sevillanos, el cielo todos los años por primavera , le es concedido y aseguro.



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