Noticia y entrevista ofrecida por la Hermandad de la Lanzada:
ISMAELVargas Crespo tiene 58 años, está casado, es padre de 2 hijas y abuelo por partida doble. Vecino de San Juan de Aznalfarache aunque trianero de corazón, es hermano de la cofradía del Stmo. Cristo de la Expiración (El Cachorro) y de Madre de Dios del Rosario (Patrona de capataces y costaleros). En la actualidad desempeña las labores de capataz al frente de la cuadrilla del Stmo. Cristo de la Expiración (El Cachorro), de la Virgen del Amparo de la Parroquia de la Magdalena y de capataz general de la Hermandad de la Sagrada Lanzada.
—¿Cómo se produce tu acercamiento a las cofradías?
—Pues no me viene de tradición familiar. Todo vino por iniciativa propia después de que mi familia se mudara desde la Puerta Osario, donde nací, a la calle Castilla. Nos trasladamos a una casa muy cercana a la Iglesia del Patrocinio. De ahí que terminara haciéndome hermano del Cachorro con 6 años.
—Podríamos decir que toda una vida ligada a la Hermandad del Cachorro.
—Pues si, como te digo, a los 6 años empiezo saliendo como nazareno. Hasta que con 22 años, me hago cargo junto con otros hermanos de fundar la que sería la cuadrilla de hermanos costaleros del Stmo. Cristo de la Expiración. También fui cofundador de la banda de Música y del Coro de la Hermandad, y he ejercido durante varios años las funciones de prioste. Cincuenta y dos años perteneciendo a esta Hermandad.
—¿En que cofradía te inicias como capataz?
—Mi primera salida como capataz se produce en la Semana Santa de 1976 con el paso del Stmo. Cristo de la Expiración. Ese mismo año también se inician las cuadrillas de hermanos costaleros de San Gonzalo, Estudiantes y San Esteban. Fíjate como fueron los comienzos, que en aquella primera igualá de la cofradía, se presentaron unos 20 o 25 costaleros. La experiencia fue tan positiva, que en 1977 la hermandad toma la decisión de crear una cuadrilla de hermanos costaleros para el paso de la Virgen del Patrocinio. A la postre ésta sería la primera cuadrilla de hermanos costaleros para un paso de palio en Triana. Ese año la Junta de Gobierno me designó como capataz general de la cofradía, pasando a ser el responsable en los dos pasos.
—A partir de aquí, se inicia una dilata carrera como capataz
—Como te he dicho, en 1977 cogí los pasos de la Hermandad del Cachorro y después en 1979 me nombran capataz de la Sagrada Lanzada y de la Redención. Ya posteriormente, a mediados de los años 80, me designan como capataz General de la Hermandad de la Exaltación, y en 1990 de la Virgen del Subterráneo de la Hermandad de la Sagrada Cena. Esto en cuanto hermandades de penitencia. En lo que se refiere a hermandades de gloria, he sacado como capataz a la Virgen del Amparo, el Sagrado Corazón de Jesús (Nervión), la Virgen de la Juncal y en la procesión del Corpus los pasos de San Fernando y las Santas Justa y Rufina. En la actualidad sólo continuo en la Hermandad de la Virgen del Amparo.
—¿Cuándo inicias tu vinculación con nuestra Hermandad?
—La primera imagen que saco de la Hermandad de la Sagrada Lanzada es la de la Esperanza Divina Enfermera, allá por el año 1977, antes incluso de figurar como titular de la Hermandad.
Esto fue debido a la amistad que mantenía con dos costaleros que sacaban conmigo la Virgen del Patrocinio. Ellos me llevan a San Martín, y me quedo impresionado con la belleza de la Virgen de la Esperanza. Al preguntar que día salía la Virgen, me informan que lleva varios años sin salir. Así que después de un tiempo y tras varias reuniones con Paco Gordillo (prioste) y Manolo Madroñal (Hno. Mayor), por aquel entonces, decidimos que ese año saldría la Virgen. En ese momento, la Hermandad sólo disponía de unos respiraderos antiguos, por lo que hubo que encargar una parihuela, la cual curiosamente tuvimos que ensamblar nosotros mismos en San Martín. Finalmente, después de superar todos los problemas, la Virgen de la Esperanza Divina Enfermera consiguió salir ese año.
—En la Sagrada Lanzada has tenido dos etapas, ¿cuando se inicia la primera?
—En 1979 la Hermandad me propone que sea capataz general de la Cofradía,y ese mismo año se empieza a formar la que sería la cuadrilla de hermanos costaleros, que por aquel entonces contaba con algunos hermanos jóvenes de la Hermandad (sirva de ejemplo algunos componentes de la primera trabajadera: Pipi, Ignacio Respaldiza, Manolo Torres...). El paso ese año fue muy bien a pesar de llevar a una cuadrilla de gente muy joven e inexperta, además, en esa época el paso llevaba una trabajadera menos que hoy día y una parihuela de madera maciza, imagínate, todo un reto. Dejamos impresionados a mucha gente, ya que resultaba poco menos que imposible que un paso de esas características lo hubieran sacado un puñado de chavales. A pesar de que la experiencia fue positiva, al finalizar la estación de penitencia de ese año y debido a ciertos malentendidos con algunos miembros de la Junta de Gobierno en el tradicional “pescaito” que la Hermandad ofrece a los costaleros, decido presentar mi dimisión y no será hasta 13 años después cuando vuelva de nuevo a la Hermandad.
—¿Cómo se produce tu vuelta?
—Pues en el año 1992, Pablo Bueno poco después del verano, me ofrece la posibilidad de hacerme cargo de nuevo de la cofradía, siendo Hermano Mayor Fernando Carrasco. En el mes de Octubre vuelvo a sacar a la Esperanza Divina Enfermera y en la Semana Santa de 1993 me hice cargo de los dos pasos de la Hermandad. De ahí que este año se cumplan 20 años de mi vuelta.
—¿Cómo fue ese Miércoles Santo de 1993?
—Los primeros años fueron muy malos, para que mentir. Nadie apostaba por nosotros. De aquella cuadrilla sólo se quedaron escasamente 12 o 15 costaleros, así que tuve que hacer prácticamente una
cuadrilla nueva con mayoría de gente inexperta. El problema era que ningún costalero que tuviera un
cuadrilla nueva con mayoría de gente inexperta. El problema era que ningún costalero que tuviera un
poco de experiencia se quería arriesgar a sacar un paso de aquellas características. Todo lo contrario de lo que pasa hoy día. Ese año de 1993, no se si por la responsabilidad que llevaba o por el miedo, la gente respondió muy bien. Hicimos un trabajo de concienciación importante con los nuevos costaleros que además tuvieron un gran apoyo de los más veteranos. Eso dio como resultado que ese año viviéramos un gran Miércoles Santo.—Como capataz, ¿qué sientes cuando hoy en día ves tantos aspirantes en la igualá?
—Siento una gran satisfacción. Porque al volver la vista atrás, hubo momentos en que nadie apostaba por nosotros. La gente era reacia a venir a la Lanzada pero afortunadamente, las tornas han cambiado y hoy en día esta cuadrilla de costaleros está considerada como una de las punteras de Sevilla.
—¿Cuántas personas componen tu equipo?
—Actualmente lo compone Fernando Blanco y Javier en el paso de Cristo, Abraham y Luis Mouriño en el Paso de Mª Stma. del Buen Fin y como auxiliares, Paco Bueno, Paco Piosa, Emilio y Manolo Moreno. En total somos nueve.
—¿Qué nos puedes decir de la Cuadrilla de costaleros de la Stma. Virgen?
—Nuestro paso de palio debido a sus características estructurales, es un paso muy difícil de llevar. De hecho, llevamos varios años realizando modificaciones con el fin de mejorar el movimiento y año tras año se va consiguiendo. Hoy en día podemos decir que hemos cambiado sustancialmente la forma de moverse del palio. Eso unido a una gran cuadrilla que en los últimos años se está consolidando con mucho trabajo, y que además está muy comprometida con la Hermandad de la Sagrada Lanzada y
con su Virgen del Buen Fin.
con su Virgen del Buen Fin.
—Y para terminar, ¿cómo has vivido este último Miércoles Santo?
—Este año para mi ha sido un año muy especial, y podría decir que unos de los más bonitos y emotivos que he vivido en esta hermandad.
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