domingo, 3 de mayo de 2020

UN ESCRITO POR VOSOTRAS.

A las madres que se tuvieron que marchar, a los que nos dejaron la vida contestada, a las que miran por la ventana cuando oscurece para ver cuando llegan sus hijos , a las que duermen poco, resolviendo en la noche los problemas del día, a las que nadie les dice lo que se las quiere, a las que viven más las vidas de los demás que la suya propia, a las que son muy felices, a las que son muy infelices , a las madres de Mayo que siguen dando vueltas a la pirámide, a las madres que no pudieron tener hijos, a las que tuvieron más de los que podían criar, a las que siempre tienen la palabra justa, a las que nunca saben que decir por si molestas, a las que entregan su vida por un te quiero que a veces no llega , a las que hacen las camas de todos , a las que friegan los platos de todos, quiero que sepan que nadie las querrá más por ello, empiecen a mirarse en el espejo y a saberse importantes, si ustedes no están a la hora de la cena no pasa nada, las vamos a querer igual, váyanse de viajes, ya tendemos nosotros la colada , las madres que lo saben todo y no preguntan nada , a las que no saben nada y lo preguntan todo, a las que cuidan de nuestros hijos y nos tienen quien las cuide a ellas, a las que envejecen detrás de una gafas gruesas y ven su salón más grande que nunca y más vacío, a las que nunca llevan bastante dinero en el monedero para darse un capricho, a las que se dan todos los caprichos que pueden, a las que tienen que decir adiós a un hijo , a las que siempre tienen la solución a tu problema, a las que no encuentran jamás la solución y lloran a escondidas, a las que lloran en público, a las que no pueden más pero no se les nota, a las que sí se les nota, a las que se cansan de vivir y a las que se cansan de morir un poquito cada día , a las que se enamoran diez veces por minuto, a las que nunca se han enamorado, a todas las madres de la tierra, gracias por flaquear, por dar un grito cuando no podéis más , por pensar en vosotras y tener vuestros propios motivos para vivir, por hacernos consientes de que sois dueñas de vuestro tiempo, gracias por no estar a veces cuando tocamos vuestra puerta, gracias por no fregarnos todos los suelos, ni todos los platos , porque un día cuando no estéis nuestra consciencia de hijos no podrá soportar haberos arrancado a pellizquitos vuestra existencia y no habernos dado cuenta de que no erais unas heroínas, sino que eráis sencillamente criaturas de carne y hueso que tenían además de hijos,  sus propios sueños.
Magdalena Sánchez Blesa 


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