Seguramente sigas sin encontrar solución tras semanas o meses buscando una respuesta coherente, seguramente entre una soledad que no existe pero que se hace presente llegue el culmen a un momento que no esperabas pero que se ha dado, seguramente sigan tus ojos llenos de rabia y tus pensamientos llenos de preguntas que no tienen respuestas sino más bien el cuerpo hecho a la aceptación pues otra vía no hay… este año el costal se queda en el cajón.
Tú, que tanto soñabas con pertenecer a esa familia y que te ganaste su confianza con mucho tiempo y dedicación hoy sientes que te alejas de la misma, y eso que como cada año has estado al pie del cañón, sin sentirte obligado a nada pero que te nace por amor y devoción y que en ningún instante hasta informar de la noticia has sentido esa triste frustración. No ha podido ser... y no tienes que flagelarte más , ya sea por motivos laborales o por no encontrarte físicamente para desempeñar aquello por lo que te desvives este año el Señor y su bendita Madre han querido que priorices por ti, pues ellos siempre van a estar esperándote y no debes de culparte ni a ti ni a nadie pues las cosas se dan y no te olvides que aquel en el que crees nos pone a prueba a cada uno de nosotros para hacernos más fuertes, recuerda que quien fue clavado en la Cruz nos enseñó a asumir y a aceptar las situaciones con valentía y tú de esto vas sobrao.
Ni más que nadie, ni menos que ninguno, tu eres uno más y estoy seguro que aquellos compañeros te tendrán en mente en cada mano, si has aprendido la lección que da este mundo de las trabajaderas comprenderás que hay calles malas que aprietan pero no arrugan a quienes tienen columnas por piernas, que los pasos andan de frente y que para atrás ni para coger impulso y que si se viene atrás y los cimientos de esas columnas quiebran estate tranquilo que no estarás sólo en esta pelea que saldrá victoriosa tarde o temprano. Relaja los hombros, ponte derecho y camina tranquilo, volverás, seguro que volverás…
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